sábado, 5 de marzo de 2011

Gracias Sres. "Japos"

GRACIAS, Srs. Japos. Así, con mayusculas.
 Aunque aprendí a conducir mi primera moto en 1969 (una “enorme” y vetusta Derbi “cabeza de hormiga” 125), recuerdo los 70, comenzaron con nuestras queridas monocilíndricas, Derbi, Bultaco, Montesa, Ossa, etc; y acabaron con las flamantes Benelli, Laverda, Ducati, BSA, Norton, Morini, Guzzi, Triumph, etc. Mientras en el resto del mundo estas marcas agonizaban ante la presión demoledora del sol naciente, en nuestra tierra, el proteccioni smo aduanero de aquel régimen económico, las hacía vivir sus últimos días de gloria, los acuerdos comerciales con Europa les beneficiaba n, pues por las carreteras europeas las Yamaha RD 500, las Honda Four, las Kawa KZ y las Suzuki GS, dominaban ya sin rivales en precios, calidad, y tecnología. Francia era un país sin apenas tradición motociclística (salvo la gloriosa Motobècane y las Peugeot de pequeña cilindrada) y allí habían asentado aquellos japoneses sus factorías y redes de ventas que inundaban  ya el viejo continente.
 A partir de los 80 se acuñó el término “japo”, era un calificativ o despectivo, se decía que las “japos” no frenaban, que tenían chasis de alambre y componentes de mala calidad, ... pero cuando te enterabas de que en tal pensión u hotel de la zona había aparcada una de aquellas motos, se corría la voz y todos acudíamos a verla cuanto antes; así pasé una tarde frente al hostal Aragón de Segorbe embelesado en una Honda Japauto 1000, con un escape 4 en 1, y una interminabl e bancada de cuatro cilindros y cuatro carburadore s, que presidió mis sueños durante meses; o los paseos en Castellón para ver a diario una Yamaha 750 V que expusieron en el escaparate de Galerías Reverter en el 81, ¡quién me iba a decir a mí que conduciría una hija (mi Virago) y una nieta (la Drag) de aquella hermosura con dos cilindros en V y aspecto de chopper!
 Y finalizaban los 80 y entramos en los 90, y las Virago, Shadow, Vulcan e Intruder nos hicieron el mejor regalo que se le puede hacer a un amante del cústom: motos excelentes, y lo más importante, a precios de compra y mantenimien to asequibles al trabajador/a asalariado/a; aquella afición ya no era un capricho elitista y cerrado a los pudientes o fanáticos, aquello era una revolución que muy pocos reconocen como mérito, ... motos para tod@s, ... casi nada; con buenos chasis, frenos y componentes de calidad. Por 1ª vez, estrené una moto, el largo peregrinaje pormotos de2ª mano, que había que reparar y mejorar constanteme nte por necesidad, se había acabado, solo había que mantenerlas, revisar de vez en cuando, y ... sacarles brillo.
 Nunca he mareado la perdiz con la eterna polémica, entre “japos” y Harley Davidson & BMW o Ducati, son motos magníficas, es necio dudarlo, pero no estoy seguro si hubiera perseverado en esta afición lo suficiente para poder adquirirlas, quizá me hubiera pasado al tenis u otra afición más asequible a nivel económico. Pero llegaron las “japos” en mi auxilio, y en el auxilio de muchos asalariad@s con un producto que ya no era exclusivo ni reservado a unos pocos afortunad@s, y con calidad más que suficiente.
  Y estamos en el 2º milenio, y mira por dónde, las coreanas, taiwanesas y chinas, nos han subido a las “japos” a 1ª división a los ojos de los harlistas y BMW’s, ¡las vueltas que da la vida! Espero que mi Drag me lleve aún a muchos sitios, pero si me quedan fuerzas para llevar una moto cuando llegue la hora de cambiar (si llega), debo ser agradecido, será una “japo”..., nobleza obliga.


                              29/julio/2006 ... estrenando mi Drag Star 1100

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